sábado, 20 de octubre de 2007

Cataratas Iguazu


Simplemente alucinantes, IM-PRESIONANTES, flipantes.
Si hay una maravilla de la naturaleza que todo el mundo deberia ver antes de morir tienen que ser estas cataratas, la pequeñez que siente una al encontrarse frente a semejante majestuosidad, còmo un rio tan manso como el Iguazu puede tener la furia, y a la misma vez la belleza y delicadeza, que junta al unirse al Paranà en las cataratas.

Cuenta una leyenda guaranì que el rio estaba habitado por un poderoso dios serpiente, Mboi, que etaba prendido de la bella Naipù, pero èsta prefirio el amor de un mortal, Tarobà, y ambos huyeron por el rio, el dios enfurecido partiò el rio para detenerlos, dicen que encorvando su vientre, Naipù cayo y quedo convertida en roca en el fondo de las cataratas, su amante Tarobà fuè castigado, convertido en àrbol, a la orilla del abismo, inclinado sobre las cataratas, viendo a su amada desde arriba y sin poder nunca volver a tocarla, Mboi desde entonces les vigila desde la Gargana del Diablo.

Vistas desde Foz de Iguaçu en Brasil son soberviamente bellas y poderosas, las bravas aguas se atropellan y caen a borbotones al segundo nivel, 80m mas abajo y de ahi al tercer nivel en la garganta del Parana. Ademas delicados caudales bañan cada rincon del lugar que la vista alcanza; palmeras, tucanes, monos, coaties y mariposas comparten las duchas de agua con todos nosotros, turistas boquiabiertos :-)

Desde Puerto de Iguazu en Argentina, son otra historia, la belleza se ve superada en creces por la furia de las aguas en la Garganta del Diablo, donde parece que la tierra hubiera abierto sus entrañas para tragarse el mundo, tal es su poder que te sientes totalmente atrapado, atraido al borde, impulsado a saltar y desaparecer en la cortina de miles de litros por segundo de rabiosas aguas, como si pudieses sentir a la endiablada serpiente del Iguazu, rugiendo que nunca un mortal podrà superar el poder de la naturaleza.

Tristemente no tengo, todavia, fotos de este Diablo argentino, no que las fotos puedan mostrar una minima parte de la majestuosidad de las cataratas frente a la pequeñez nuestra. Se levantò el dia nublado y decidiò llover con la misma furia una vez dentro del parque. Las lluvias tropicales son fantasticas (nunca pense podria decir eso de la lluvia), torrenciales, sin limite, puede llover sin parar durante dias sin fin, pero a la misma vez son calidas, no sientes frio, aun cuando ha llovido tanto que el anorak ya ha calado, cuando toda tù esta chorreando hasta los huesos, sì incluida ropa interior, el agua te cae sin parar por la cara y las manos las llevas moradas y arrugadas durante horas como si hubieras salido de una interminable ducha, asi resultò ser el dia en Puerto de Iguazu, si a eso le sumas el salpicar de las cataratas, las cuales caen con tanta furia que el mismo agua vuelve a alzarse hasta la mitad de la garganta, y ademas decides que un paseo en lancha por debajo de ellas es lo mejor para sentiralas mas cerca, total serà por mojarse?!, el resultado mas normal es el suicidio fotografico, o sea, una camara a la que el agua le sale de dentro a traves del objetivo y la pantalla parece haber captado una imagen muy real de las cataratas, las muestra corriendo naturalmente por dentro :-( ... y justo antes del climax del dia, la Garganta del Diablo, por suerte hay gente mas ... astuta que se ha agenciado un traje de "buzo" para camaras y me va a mandar alguna foto, que aun asi no podrà compararse al lugar y a al recuerdo que se grabò en mi empapada cabezota :-)

1 comentario:

Ignacio dijo...

Que barbaridad!!! :)

Me ha encantado la leyenda!!!