lunes, 31 de mayo de 2010

Banderillas y Empanadas.

Aunque bien podría no se trata de comida, sino de los techos de la Sierra de Segura y del parque de Cazorla, Segura y las Villas.

El viaje empieza una semana santa en Fuente Segura, donde de una enorme cueva subterránea, perfectamente circular, nace el río que da nombre a esta sierra, el Segura, con un azul que parece irreal.


El Banderillas, con sus 1993msnm, es la cumbre más alta de Segura, es un mirador natural 360° de la sierra, del pantano del Tranco, de La Sagra y Los Campos de Hernán Perea, del Empanadas, todo Cazorla y, en días claros, dicen se ve hasta Úbeda!

Es precisamente atravesando los Campos de Hernán Perea que me acerqué a él, esa misteriosa e hipnotizante, inmensa estepa serrana, a 1700m donde apenas crecen árboles y donde por no haber no hay ni curvas de nivel. En invierno se transforma en una vasta extensión blanca...


En primavera kilómetros y kilómetros de extensa nada, un paisaje despejado y rocoso que sin embargo sorprende por poseer joyas escondidas como montones de dolinas, mantos de cortísima hierba, sabinas rastreras y piornos o cojincillos de monja, y todo rodeado de cordones montañosos a cierta distancia.



Al Banderillas se puede llegar por el Borosa y el Tranco del Perro, pero desde aquí, desde el Refugio del Campo del Espino, hay un bonito camino de apenas 8km que te permite ver otra de las joyas del lugar, la transformación de la inhóspita planicie en un verdoso paraje de pinos y rocas que salen de la tierra como restos de antiguos castillos


A los pies de la cuerda del Banderillas existe un increible pinar escondido, Pinar Negro, y un verde y anchísimo valle, Los Charcones, que te lleva directo a la otra cuerda, la del Empanadas, pero éste lo dejamos para mañana.

Hoy seguimos sendero arriba con vistas además a la Sagra en la distancia a la izquierda.

A la cuerda del Banderillas de frente.

La propia cima atrás nos la dejamos para aproximarnos desde el refugio al termino del sendero.

Y al llegar arriba descubrimos la otra mitad, la de la derecha con el Tranco como punto de mira imperdible.

Dormir arriba supongo que se puede describir como "lo más", las luces de todos los pueblos, Cazorla, Arroyo Frío, Cotorríos, Hornos, Cortijos Nuevos, el Robledo. La puesta de sol sólo para tí y alguna cabra montesa que se aleja con cuidado.



¡Quien no querría pasar una noche en un hotel con semejantes vistas!

Existen un montón de refugios de pastores, en general abiertos, pequeños chozas con chimenea que hacen estupendamente el apaño, lo justo para eso "refugiarse". Para subir al Empanadas por el lado de Segura (también se puede subir por el lado de la Sierra de Castril) partimos del refugio de Ramblaseca, el cual en semana santa algunos ingratos cuarentones lo habían tomado como su casa rural particular, cajas de comida, docenas de huevos, kilos de patatas, unos fogones que ni los de mi casa y hasta una bombona de gas de las naranjas grandes que se habían traido!

colchon inflable, sábanas y almohadas y con sillas y mesa ocupaban solo ellos todo el frente de la chimenea una noche de bastante frío además, ni un refresco de los muchos que tenían ofrecían y con un "no hay sitio somos muchos y hemos llegado antes" que recibían a los que llegabamos con pies cansados, os podeis imaginar que ni caso que hicimos y que después de alguna bronca nos apañamos para dormir allí hasta 12 en un verdadero puzle humano!

Temprano que nos echamos a andar para no ver la cara de los desagradecidos que se hacían llamar montañeros, aunque los oídos les debieron pitar todo el santo día.

El Empanadas tiene 2107msnm pero desde su modesta altura se pueden ver todas las sierras de Jaén, alguna de Albacete y hasta Sierra Nevada flotando en las nubes! Las mismas que sin embargo, decidieron que para ello volviesemos otro diita.

Y, para rematar el día, del tirón a la las lagunas de Valdeazores y Aguas Negras, y al nacimiento del Borosa. Existe un camino, medio perdido, que te lleva desde el pino de Félix Rodriguez de la Fuente por el arroyo de Valdeazorillos, del que nace la laguna por lo que si se te despista, como evidentemente fué el caso, solo hay que seguir río abajo.


Una verdadera peregrinación de gente es lo que te encuentras en las lagunas en semana santa, los tuneles del Borosa se convierten en un parque de atracciones, un suplicio de empanados para cruzar, pacieeeeeencia...

pero vale la pena bajar para asomarse al Salto de los Órganos, sobre todo después de este invierno de lluvias...

...aunque luego toque volver a subir, uff, y llegar de vuelta a donde dejaste el coche 13h antes... pero si no, no se llamaría alpargatazo de semana santa!

1 comentario:

Mario dijo...

Soy un amante de los viajes y por eso disfruto de recorrer muchísimo en busca de grandes paisajes. No me importa donde me hospedo, ya que lo que mas me gusta es recorrer la ciudad. Con tal de viajar no me importa tirarme unos colchones en cualquier parque