Se resiste la Pachamama a mostrarme estos Apus :-(
Dejado el voluntariado, temporalmente o por este año, nos dedicamos un "ratingo" que dicen por aqui, a la insaciable aventura de conocer, de seguir viajando por estos paraisos bolivianos, esta vez en compañia, de ver nuevos y recordar antiguos.
Y cómo no empezamos por La Cordillera, esta vez la aisladisima Apolobamba, tambien parte de los Andes, en la frontera entre Peru y Bolivia, su belleza no solo radica en sus montones de picos nevados de casi 6000 (sólo el Chaupi Orco alli los supera a 6044msnm) sino tambien lo poco conocida y visitada que está, con decir que no existen mapas de la zona, ni tan siquiera del Instituto geografico militar, que las decripciones de los libros no siempre coinciden y que sus dibujos esquematicos llevan a mas de una confusion, como hemos podido comprobar. Eso tiene todos los atractivos para que vayamos no?
Despues de prepararnos mentalmente, el Flako y yo, para hacer 7-8 dias de pasos de montaña diarios a 4700-4800msnm cargados con 10-12 kilos de mochilas (que ya pesan vacías, que lo he comprobado!) tienda de campaña, sacos, comida, pan, musica, cartas y su piiiii madre mas (hasta la cultura pesa aqui, que no sé para qué nos empeñamos en llevar para leer!) lo segundo que encontramos fue que no es de muy fácil acceso, huuumm que guay! está lejos de piiiii, o no tanto bajo los estandares europeos, el pueblo de Pelechuco, inicio de nuestro trek, no está a mas de 300km, pero con los estandares bolivianos de carretera se convierten en unas 11h de hecho-polvo-bus, si hay suerte y no se estropea en mitad de la nada altiplanica, en la que por supuesto no hay covertura y sólo las llamas te pueden oir los mil improperios... cuando eso pasa lo mejor es sentarse y esperar a que alguien pase por alli y acceda a llevarte al siguiente pueblo, y al destino ... bueno siempre hay alguna forma de llegar que ya surgirá.
Pelechuco es un pueblito la mar de pequeño, lleno de tienditas de "abarrotes", o ultramarinos, casi mas que habitantes, en el que parece no pasar el tiempo, enclavado en plena Apolobamba, entre rios, llamas y montañas llenas de glaciares y árboles queñuas, y valles muy pero que muy verdes (que todos hay que atravesarlos nunca seguirlos!), la humedad alli es asombrosa... asombrosamente porculera, la niebla recorre los valles perpendicular a la Cordillera día sí y día tambien como pudimos descubrir desde que aterrizamos.
La lluvia no tardó en llegar tampoco, justo antes de nuestro primer paso, cuando tan sólo llevabamos 3-4h de caminata y a todavia 2.5h de llegar arriba :-(
La siguiente sorpresa fue que la piiiiiiii tienda alquilada hacía aguas, y claro como cazuela para recogerlas sólo llevabamos una pues a hacer apaños con el maravilloso plastico-por-si-y-para-algo-servirá que llevabamos, que se convirtió en nuestro entretecho y salvador de la furia del Flako.
A partir de ahí el increible paisaje de Apus gigantes y nevados y lagunas por doquier, se vió cubierto por la niebla, que sólo nos dejaba vislumbrarlos a ratitos y mas nos hacia perder el camino por envolvernos y no dejarnos ver la "clarísima laguna Celeste", la "enorme laguna Negra y sus patos andinos" o la "colina alargada de aproximación en diagonal derecha" que según los libros nos deberiamos encontrar..., resultado además de empaparse y de cobijarse bajo el plastico-salvador a veces, el lógico perderse, y siempre en cuesta abajo, con la consiguiente desmoralizacion y/o cabreo de tener que volver a subir ... hasta 1h y 15min de bajada que nos llevó un día antes de darnos cuenta del error! y gracias a los pobladores de la aldeita de Keara en Otañanipampa que repetían una y otra vez "siii" cuando nosotros repetiamos las mismas veces "no, no puede ser"
Que, qué pasó, pues que al cuarto día también llegaron las nieves, que nos echamos un dia de tienda, palomitas de maiz y jugar al UNO de flipar, y que viendo pasar una camionetilla por aquellos lares, que la gente suele hacer andando durante horas para llegar de una comunidad en un valle a otra en otro o varios mas allá, nos tiramos como locos y nos´prometió pasar a recogernos al dia siguiente y llevarnos de vuelta a Pelechuco ... sniff, sniff, misión no-completada...
En fin dejamos Pelechuco, pero no Apolobamba, decidimos irnos a Charazani y de ahí a Curva, todavia parte de la misma Cordillera pero más al sur y en la ruta de los medicos-brujos naturistas Kallawayas. Pero como somos algo descerebrados, inconscientes y un poco fuguillas, todo hay que decirlo, pues no se nos ocurrió otra que llegar allí andando, desde "Amarca", la aldea mas bien fantasma en la que el bus nos habia dejado a las 5 de la mañana, pitch black, a la espera de otro bus que debería pasar a las 9am... o las 12... o a las 2pm o... aquí nunca se sabe, cada uno tiene su propia version del horario de las movilidades! ...7h, muchas ovejas, burros y chanchitos de pelo, aldeas perdidas y gente que nos miraba como a extraterrestres(sobre todo al Flako con su pelo largo, su barba (aqui no les sale) y más aún su altura) mas tarde llegamos cansados pero enteros a Charazani, donde del año pasado a éste naaada ha cambiado y el tiempo está aun mas quieto que en Pelechuco... sorprendente!
Pero nada que ver con Curva, pueblo claro está, en otro valle al que hay que llegar bajando y subiendo el que estabamos, como siempre, y el que, también como siempre, está en lo alto de un monte, chico esta gente no se cómo no se les ocurre levantar sus casas abajo, mas cerquita de los rios ¡como leños que tienen que tener las piernas! Aquí sí que no hay nada ni pasa nada, salvo los burros, chanchos y gallinas por la plaza, pasean por alli como Pedro por su casa!... llegamos a las 2 de la tarde, despues de 5h y un final de etapa de "un poquito no mas que queda" que nos indicaron unos lugareños, que en lenguaje vulgar resultó ser 1h y media de cuesta arriba, desde los infiernos hasta el infinito y mas allá yo creo, que joia la cuesta! al llegar, ya sin agua, sin comida y sin resuello, nos encontramos que sus únicas 2 tienditas estaban chapás, que no existe ningun restaurante, o caseta cutre con algo para comer y que tampoco hay alojamiento, salvo a 15min andando en otra aldea, os podeis imaginar los juramentos hasta en arameo que se pudieron oir en esas pacificas tierras... increible
En fin al final todo se soluciona, como siempre, y aparece un albergue en esa aldea de Lagunillas, que aunque tuvimos que esperar 3h bajo los millones de estrellas a que nos abriesen, nos permitió cocinar algo que deboramos antes de ir a descansar y reemprender otra vez las 5h, de subida-bajada-subida-bajada de valles, que nos devolvería a la "civilización" de Charazani y sus "buses"a La Paz. Apolobamba... toda una aventura que habrá que terminar!
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